En Copenague se habla de clima y de medio ambiente como si fueran lo mismo (y no lo son), y se dice que la solución de todos los problemas consiste en una drástica reducción de emisiones de CO2 (y no lo es).
Lo dice de modo bien elocuente Folco Quilici, gran documentalista italiano, que ha recorrido y vivido nuestro planeta de arriba abajo los últimos cincuenta años.
Quilici es muy claro al decir que por supuesto hay que controlar los gases nocivos, pero se trata de algo que hemos de hacer pensando en nuestra salud, más que por la salud de la Tierra... que tiene otros sistemas de funcionamiento epocal, poco equiparables con los de la duración de cada vida humana sobre ella.
Lo dice en un artículo en Il Foglio: Folco Quilici ci spiega che "un conto è parlare di clima e un altro di ambiente:
“Il clima è sempre cambiato da quando esiste il mondo – dice il pluripremiato documentarista – Io ho filmato gli insediamenti umani in Groenlandia: abbazie, case e stalle costruite dai vichinghi appena mille anni fa là dove poi in poco tempo le terre sono state coperte da ghiacci alti anche due chilometri”.
Entiende que si no se hace ruido no te hacen caso, pero lo que ahora se está haciendo -viene a decir a propósito de los alarmismos climáticos- es precisamente dejar de lado el medio ambiente y hacer como lo que algunos hacen con los niños para asustarles y que no se coman la mermelada: contarles historias falsas, exageradas:
(...) “E’ fin troppo evidente che ci sono interessi economici e politici enormi. Capisco che si esasperino i toni – ammette – anche io all’inizio lo feci parlando dell’inquinamento, ma tutto questo parlare di clima sta facendo dimenticare l’ambiente”.
I Cinquant’anni passati a raccontare la “bellezza del creato” hanno contribuito a creare una coscienza più rispettosa dell’ambiente nella gente, ma lo spostare il discorso su CO2 e “lotta al riscaldamento globale” rischia di far dimenticare tutto questo: “I discorsi generali sono pericolosi”, dice. Va benissimo diminuire i gas, ma pensare che questo serva a cambiare il clima di un pianeta che è sempre cambiato rischia di essere miope. (...)
Inteligente modo de plantear el estado de cosas, porque de lo contrario -sin una genuina atención al medio ambiente y a la salud de las personas, sin olvidar el clima de la tierra, por supuesto- terminaremos por volver a una religión de la diosa Gea, la Gaya de los mitos griegos.
Entre tanto, pueden seguirse los eventos desde el punto de vista del NYTimes en el nuevo servicio experimental de Google - living stories...
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