He visto en televisión las imágenes de la muerte de David Kumaritashvili. Y se siguen pudiendo ver en internet, por todas partes, bajo la etiqueta de "tragedia", con las muestras de compunción de rigor, etc., pero exhibidas sin el más mínimo pudor. Aquí, por ejemplo:
Sólo tenía 21 años y se estaba entrenando para competir en la prueba de trineos. Salió despedido del tobogán a una velocidad de 145 kilómetros por hora. Murió en el acto. Las imágenes lo demuestran. Eso sí, hielan la sangre por su crudeza.
[Por favor, no vayan a verlas]
Yo, que no soy nadie en el negocio de la comunicación, si hubiera sido responsable de un telediario, cosa que no soy, no hubiera emitido las imágenes de la muerte de David Kumaritashvili. A pesar de todos los pesares, incluso el "pesar" de dimitir de un puesto directivo por tomar una decisión de este tipo ("decisión ingenua e inocente, impensable en un auténtico profesional del negocio de la comunicación", etc.: ¿son así, de verdad, las cosas? ¿Necesariamente?).
A pesar también de lo que se dice por ahí acerca de la inevitable circulación de las imágenes en la red y de la evitada "censura" de los dueños de los derechos de las imágenes (Does NBC and the IOC Have the Right to Block the Images on the Luge Crash Video?).
¿Razones? No son las más profundas, pero pienso que no quisiera encontrarme comerciando con la desgracia y con la muerte ajena, ni tampoco promoviendo y alimentando la curiosidad morbosa de la ciudadanía, sin siquiera dar razón ni sentido de la vida y la muerte de una persona.
Tengo entendido que uno de los indicios que los palentólogos toman en consideración para hablar de la presencia de restos humanos primitivos, en vez de restos de homínidos, es encontrar evidencias de estructuras funerarias, de enterramientos.
Hubiera preferido presenciar imágenes de los funerales y del enterramiento de David Kumaritashvili. Ya sé que esto no es considerado hoy noticia de interés, a no ser que se trate de funerales y entierros de gentes políticas o famosas. Pero me parece algo mucho más humano, más acorde con nuestra dignidad, que algunos comportamientos que podrían parecer de homínidos con marketing y televisión como taparrabos.
Tengo un amigo cuyo padre era piloto de Iberia y murió en un accidente. Se lo "desayunaron" en su casa en el Telediario, a trozos, eso sí.
Hay que tener pudor ante la muerte. NO es justo.
Publicado por: Claudio | 16 febrero 2010 en 10:47 p.m.
Esa es la cuestión, entre otros aspectos: que la familia del difunto también se encuentra entre ese "público" que "tiene derecho" a enterarse cuanto antes de las cosas, pero -y esto es lo penoso- sin tener en cuenta cómo se cuentan y dicen esas mismas cosas. El "cómo" de la información importa mucho, y a veces mucho más que los "qués".
Publicado por: JJG Noblejas | 18 febrero 2010 en 02:59 p.m.