Jugando como un malabarista de perplejidades en las palabras, El Roto ha planteado una cercanía estricta entre los datos y las opiniones, algo que a fin de cuentas nada impide que así sea.
Al menos en el contexto de WikiLeaks, en donde -personificado en Julian Assange- resulta ser un mensajero de datos y opiniones al que se pretende matar por parte de quien recibe noticias que considera opiniones y datos que, todo lo verificables e innegables que son, considera sobre todo perjudiciales.
Imagino que por "perjudiciales" puede entenderse, en términos de opinión pública, "perjudiciales para quienes deberían dimitir y no lo hacen (ni parece que piensen hacerlo)": desde, por ejemplo, la Sra. Clinton que ha dedicado varios días a alabar públicamente a los dignatarios denigrados en los mensajes privados (de publicidad) ahora publicados, hasta los responsables de sus sistemas de seguridad en la comunicación, y tantos otros.
Es sorprendente que nadie haya dimitido. O quizá no es sorprendente, si se pone en marcha el suficiente esfuerzo de distracción y confusión de la opinión pública y resulta que se culpa y demoniza al mensajero, a WikiLeaks, a Julian Assange. (Y se le arresta por lo que a fin de cuentas se le arresta: por una falta que es sólo sueca y consiste en "sex by surprise", y que en principio parece sólo implica una multa).
Wikileaks y sus filtraciones han dado y darán mucho que pensar. No sólo a políticos o empresarios y sus sistemas de comunicación y seguridad. No sólo a los profesionales o académicos de la comunicación. No sólo a los ciudadanos, cuando resulta que lo ya sabido, al menos en buena parte -lo que ya formaba parte de la "opinión pública"- ahora pasa a formar parte de la "opinión publicada".
Los "datos" sueltos, los dimes y diretes, al quedar juntos y estampados en los periódicos, y con el refrendo de fuentes diplomáticas no puestas en causa, se convierten -como por sortilegio- en "opiniones".
Interesante perspectiva, que -discutiendo lo planteado por The New Republic al poner este "Cablegate" en relación con los viejos "papeles del Pentágono"- ni responde con propiedad a un "derecho a saber" de los ciudadanos ni tampoco a un "derecho a publicar" de los medios.
Responde, más bien, a un naciente "derecho a la transparencia" o juego limpio en la vida cívica, que hoy va sustituyendo poco a poco al cientifismo ya extraño y sin contenido preciso de un presunto "derecho a la objetividad".
Dicho sea de paso, esto proviene de pensar por un momento en los puntos 5, 6 y 7, de las 10 Tesis sobre WikiLeaks de José Luis Orihuela.
un añadido
La cultura hacker explicada por Pepe Cervera. A partir del minuto 10. Impresionante
Publicado por: Claudio | 06 diciembre 2010 en 04:49 p.m.
De momento, los contenidos revelados por los medios elegidos por WikiLeaks se están quedando en un Sálvame de Luxe.
Y sin embargo, al menos todo esto ha servido para que se genere un montón de contenido interesante en torno al caso.
Vamos, que estoy pasando bastante de lo que nos cuentan los mandatarios de WikiLeaks (a quién le interesa quién se acuesta con quién), y dedico más tiempo a cosas como este post, y como el vídeo que propone Claudio (gracias, muy interesante).
Qué cosas.
Publicado por: Samuel | 07 diciembre 2010 en 04:45 p.m.
Bueno... no son sólo cotilleos. Hoy sale en The Guardian cómo SHELL controla el gobierno de Nigeria a base de corrupcion, como se venden armas via Corea del Norte, la mala situación del armamento nuclear en el polvorín de Pakistán, la responsabilidad al más alto nivel del ataque de China a Google, etc, etc.. y sólo llevamos el 1% de los documentos... ¿Cotilleos? Creo más bien que es una foto fresca de como está la situación a nivel mundial, de como es cada lider de cada país, y que eso es muy importante para entender lo que pasa. La vida privada y la publica no se pueden separar... ¨solo hay una persona que toma decisiones, y si es un paranoico colgado del brazo de una enfermera (Gadaffi), será un paranoico a la hora de poner bombas o lo que sea
Publicado por: Claudio | 09 diciembre 2010 en 11:28 a.m.
Samuel, pienso que Claudio se acerca más a lo que yo mismo entiendo, desde una inicial ignorancia y cierta perplejidad por el fenómeno planteado por la publicación masiva de documentos que refieren asuntos hasta ahora más o menos 'secretos'. Estoy leyendo bastante sobre el asunto, con ánimo de aclarar lo que entiendo y pienso sobre el asunto, y la verdad es que -guste o no, sea justo o legal, etc.- me parece que de hecho sucede que estamos viviendo en una época "post-WikiLeaks". Y esto hay que pensarlo bien. Muchas gracias por los comentarios, porque ayudan a pensar aspectos que quizá pasan inadvertidos. Un cordial saludo y hasta pronto, sobre este mismo tema.
Publicado por: JJG Noblejas | 09 diciembre 2010 en 12:52 p.m.
Comprendo la fascinación que puede producir el fenómeno WikiLeaks. Pero, como he leído en algún sitio, se trata de datos "brutos", en el sentido más literal de la palabra.
A menudo se trata de la apreciación personal de un individuo; otras veces puede tratarse de un informe de alguien a quien sus jefes le hayan demandado precisamente ese tipo de valoraciones, etc. En realidad no sabemos muy bien la cantidad de verdad que aportan.
WikiLeaks no sustiye un buen periodismo de investigación o de opinión. Aunque puede darle pistas. "Garganta profunda" hubiera utilizado Internet, como dice Arcadi Espada, pero Bob Woodward y Carl Bernstein seguirían siendo imprescindibles.
WikiLeaks es Internet, con sus ventajas y sus desventajas. Hace falta una buena labor posterior de criba, comprobación e interpretación. Por eso me parecen las tesis 5 y 6 de José Luis Orihuela las más interesantes.
PD: Claudio, los ejemplos que pones no aportan demasiadas novedades, ya había cosas publicadas sobre ello. ¿Qué han hecho los periodistas mientras tanto? En cuanto a la paranoia de Gadafi, ¿qué dictador no acaba volviéndose paranoico tarde o temprano?
Y que conste que, a pesar de mi escepticismo, estoy encantado con la que ha montado Julian Assange. Además, estoy convencido de que la neutralidad de la Red garantiza hoy el único espacio de libertad que nos queda en el ámbito público.
Publicado por: Samuel | 09 diciembre 2010 en 10:20 p.m.
Un ejemplo: ¿publicará WikiLeaks los informes secretos de la CIA sobre los arsenales de armas químicas de Sadam que sirvieron para justificar la invasión de Irak?
Publicado por: Samuel | 09 diciembre 2010 en 10:55 p.m.
Estimado Samuel, me temo que, visto lo poco que realmente sabemos sobre este fenómeno de comunicación global digital (centrado en WL) que está estallando delante de nuestras narices, si no en nuestras manos (las de un "nosotros" en que quedamos implicados, guste o no) merece la pena ser estudiado con mucha atención y no menos calma. El asunto ha llegado para quedarse, de una u otra manera. Me parece que, visto lo visto hasta el momento, no es ni de lejos un episodio pasajero que puede/debe pasar al olvido.
Publicado por: JJG Noblejas | 10 diciembre 2010 en 09:19 a.m.