Es bien sabido que el Nobel de la Paz no siempre ha sido un premio justamente otorgado. Sólo por recordar fiascos o extraños casos recientes, basta pensar en el otorgado de modo preventivo a Obama, o el premio a una falsaria como Rigoberta Menchú, por ejemplo.
Entregado por un comité noruego, sin embargo Alfred Nobel dejó escrito que estaba destinado "a quien haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz".
Por esta última razón, pienso que la campaña internacional que promueve le sea otorgado el premio a todas las mujeres africanas tiene sentido. Lo cuenta esta video-noticia de Rome Reports:
Hace unos años escuché a Alfonso López Quintás explicar cómo las raíces cristinas europeas habían influido en el respeto a la dignidad de la mujer en nuestra cultura, y cómo el cristianismo empezaba a ejercer esa influencia benefactora en África.
Me parece un excelente iniciativa, y creo que las mujeres africanas se merecen ese premio.
(esa Verdura debe ser de la cuerda psicológica del de Oslo)
Publicado por: Samuel | 01 agosto 2011 en 01:11 a.m.
Amigo Samuel, como verás, he decidido quitar el comentario "verdulero", fuera de lugar no sólo por el tono poco presentable, sino también porque no responde a lo que en esta nota se habla. Muchas gracias y un cordial saludo.
Publicado por: JJG Noblejas | 01 agosto 2011 en 09:54 a.m.