El Vaticano plantea en voz alta algo que todo el mundo sabe que conviene hacer para atajar la crisis económica global planteada por los excesos de la des-regulación financiera.
Una autoridad política mundial -un gobierno, adopte la forma que sea- vendría muy bien para subordinar las actividades económicas (en principio propensas al propio beneficio), a genuinas autoridades políticas (en principio propensas a buscar el bien común).
La propuesta vaticana incluye la institución de un Banco Central Mundial que regule el cambio de moneda, un Fondo mundial de recapitalización bancaria, reglas distintas para banca comercial y banca de inversiones y un impuesto sobre transacciones financieras.
Sería un modo de dar la vuelta o aclarar la situación actual de avidez financiera, que todos sabemos por experiencia que es perversa para la ciudadanía.
Ver texto de la Propuesta de creación de una Autoridad pública mundial frente el egoísmo y avidez del sistema financiero.
Ver J.V. Boo, en ABC: El Vaticano propone crear una «autoridad pública mundial» para controlar el sistema financiero.
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