¿Quién no se ha parado, al menos un poco (si no mucho y muchas veces) a considerar qué imagen pone en su avatar en internet?
Sin pretender hacer ninguna teoría, que además no es del caso, es interesante observar que desde múltiples puntos de vista comenzamos a interesarnos por los avatares o imágenes que ofrecemos de nosotros mismos en los perfiles de los medios sociales (facebook, twitter, linkedIn, etc.) en internet.
Ha venido a la mente este asunto al ver el chiste que hoy publica el New Yorker de hoy:
El aparecer y el ser personal están en cuestión, también al poner en juego y en contraste la red y el mundo real.
En modo sarcástico, por ejemplo, lo hace Jay Dolan, en su blog theantisocialmedia.com, cuando -hace unos días- dice ("Social Media Pros – Only Your Avatar Matters") que sólo es necesario limpiarse, lavarse la cara o bañarse cuando se trata de aparecer en Skype, porque (sige el sarcasmo):
Puede que te digan que "cuentan las apariencias" o que "no parezcas un vago" o que "bañarse es importante para tu higiene".
Todo eso son mentiras.
Como profesional que eres de los medios sociales, vives en internet. No en el mundo real. Y este es un mundo en el que serás juzgado exclusivamente por el aspecto de tu avatar.
Esto significa que para muchos de vosotros la higiene personal es sólo asunto de mínimos, en todo caso. Mientras que tu aspecto resulte intenso y definido en el avatar, puedes estar tranquilo (...)
Cuando el río suena, agua lleva: no es ni simple ni inocente el asunto de los avatares en la red. Está en juego la imagen que queremos dar, esconder o desvelar sobre lo que pensamos o sabemos acerca de nuestra identidad personal real.
No está de más, en este sentido, observar lo que hace el ilustrador inglés Sam Kerr (visto hoy también en lainformacion.com) al borrar los rostros de famosos y volver a dibujarlos esquemáticamente como retratos sobre una fotografía.
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