Sorprende la ecuanimidad de la portada del NY Times de ayer, sobre todo si se compara con lo profesionalmente vergonzoso que algunos periódicos europeos hicieron, también ayer. Es como si hubiera ganado su equipo de fútbol, y no supieran acerca de lo que realmente han sido estas elecciones y de los difíciles tiempos que esperan a Obama y a los gobernados -directa o indirectamente- por él.
El NY Times:
Un buen análisis de lo que realmente hay puede leerse en Mercatornet, por Sheila Liaugminas: How Obama won—and what it means for America
No hay nada ecuánime en el titular de The New York Times, tan sólo un insidioso sarcasmo. Una vez reelegido Obama, los propagandistas del Partido Demócrata pueden reajustarse al rostro esa máscara grotesca que pretenden hacer pasar por, si no objetividad, al menos sí honestidad. El trabajo sucio, aquel que muestra el tejido moral que compone a cada uno, ya está hecho. Después de todo, deben pensar, ¿por qué no reprimir durante un momento nuestro entusiasmo y exhibir un poco de falsa dignidad ahora que hemos logrado nuestro objetivo?
Los otros medios ni siquiera merecen atención, basta con un poco de caldo caliente y cama mientras la muerte, bendita solución, viene a llevárselos. En su agonía, se entregan a las fábulas finales. Donde otros contemplan un túnel místico con una benevolente luz al final, ellos se reafirman en la estilizada visión del mesías. (Eso sí, sin renunciar jamás a ese lenguaje vergonzosamente sentimental.)
Publicado por: Seth Fontana | 11 noviembre 2012 en 04:28 p.m.