El asunto estuvo en Twitter, y se me ocurrió hacer aquí una entrada contando lo que he leido del retweet por parte de Montse Doval de un tweet de Javier Gilabert en el que éste muestra su acuerdo con lo publicado hoy por Francesc de Carreras en El País (Cataluña: la espiral del silencio).
Pero el caso es que la misma Montse Doval ha publicado en su blog, InternetPolítica.com, un magnífico resumen del asunto, titulado La espiral del silencio y Cataluña, que incluye una breve síntesis de los antecedentes académicos del fenómeno llamado "espiral del silencio".
Por eso, además de felicitar a la autora por su anotación, y remitir al lector a su blog, donde a buen seguro seguirán actualizaciones del asunto, me permito reproducirlo a renglón seguido. Tiene mucho interés para cualquier profesional de la comunicación o personas que siguen estos fenómenos. Entre otras cosas, porque también sucede que esa "espiral del silencio" parece no ser tan perfecta y no tiene problemas para romperse desde (algunos de) los mismos medios.
[2-enero-2014: pueden verse las actualizaciones del asunto -en las que he debido responder a Joan Maria Piqué- en los comentarios del blog Internet Política]
De todos modos, hay una viñeta de El Roto que -a mi entender- sintetiza bastante bien el asunto en cuestión y lo dialogado por Montse Doval con ;.¡ Joan Maria Piqué, jefe de comunicación de Artur Mas:
Sigue ahora el texto de Montse Doval:
Noelle-Neumann era una socióloga alemana que alcanzó la notoriedad tras publicar el libro La espiral del silencio. Nuestra piel social. Lo que viene a decir Noelle-Neumann es que una especie de sexto sentido nos hace detectar que estamos en minoría y nos impulsa a callar nuestra discrepancia. Esa piel social hace enmudecer a un gran porcentaje de personas, como ya había comprobado Solomon Asch en su famoso experimento.
En todas las sociedades hay una tendencia hacia la conformidad.
Por suerte y por desgracia.
Es neutro, es así. Y eso es lo que defendía Noelle-Neumann.
El libro tiene una parte, la más amplia. de explicación histórica de cómo el fenómeno de la espiral del silencio se ha detectado desde hace siglos en la formación de la opinión pública. No es, por tanto, algo nuevo, algo que nace y muere con los medios de masas. Es una constante en la opinión pública.
En la actualidad (ella hablaba en los años 70) las dos fuentes de conocimiento de la opinión pública son la experiencia personal de cada uno, su vivir en sociedad, y los medios de comunicación (industriales, añado yo). Hoy diríamos que los medios sociales no son una tercera fuente sino una especie de segunda piel social, ya que amplían el conocimiento de otras personas y de otros medios de comunicación industriales.
Hoy se me ocurrió retuitear un tuit:
Como se observará, con que hubiera puesto el “Hola” inicial, ya llegaba para que todo el mundo viera su tuit, no sólo nuestros comunes seguidores. Pero ha puesto el punto antes. Estaba claro que quería que lo leyeran todos sus seguidores. El resultado a su pregunta ya lo tenía él, me contestó:
Las menciones en Twitter se multiplicaron. No es que fueran en sí un número enorme pero sí que dan idea de que a las 3 de la tarde hay gente que está a la que salta con el tema del independentismo catalán, teniendo en cuenta de que me siguen sólo 1.200 personas y a Joan María Piqué 5.800.
Le pregunté hace unas horas a Piqué dónde podía leer la investigación sobre los tertulianos en TV3 y en TVE pero todavía no me ha contestado. Con esto no digo que no tenga los datos, quizá los aporte más tarde.
Twitter no es un buen lugar para debatir. De hecho, me hizo gracia que Piqué dijera, también, que la espiral del silencio no se puede dar en la sociedad actual y que en Cataluña es mentir hablar de espiral del silencio:
Me temo que o alguien no ha entendido bien el concepto de espiral del silencio o no se lo han explicado bien.
La tendencia a dar más valor a la opinión mayoritaria como si fuera unánime es general. Se da en España en determinados temas como el aborto o la pena de muerte o la Monarquía (cada vez menos) y es perfectamente compatible con las redes sociales: es un adanismo pensar que la tecnología nos hace más objetivos, menos asustadizos a la presión social; todo lo contrario, como ya expliqué en algún post hay, más bien, motivos para pensar que la presión social en las redes sociales es más fuerte y descarnada que en la vida no mediada.
Estoy segura de que Piqué es un tipo encantador y simpático que no va llamando a sus amigos para plantear un debate con una persona, como sí ha hecho en Twitter. Son cosas que pasan y que deberíamos aprender a no hacer. Mientras, la dinámica de esta conversación me ha llevado a pensar que convendría que algún académico catalán investigara el tema. Hay materia.
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